La venezolana Jessica Cochrane y su esposo, también venezolano, Brayan Ching emigraron en septiembre de 2017; dejando un pequeño negocio y dos carreras universitarias sin terminar. Llegaron a Perú, donde con el poco capital que llevaron, lograron comenzar un negocio; que hoy es considerado la casa de los venezolanos en Lima. Así nació, Budare Restobar.
Budare Restobar, la casa del venezolano en Lima.
Jessica y Bravan llegaron a Perú como turistas, con la intención de una vez allí, pedir refugio. Dejaron en Venezuela un pequeño negocio de importación de productos electrónicos de China; así como también, sus carreras universitarias sin terminar. Ella, Comercio Internacional y él, Ingeniería de Sistemas.
Llegaron a Perú sin conocer a nadie allí, pero con un pequeño capital para un futuro negocio, que les permitió optar por el permiso temporal de permanencia en lugar de pedir refugio. Además, para lograr reunir más ahorros, durante los dos primeros meses Brayan condujo un Uber y ella trabajó como dependienta en una tienda. Más tarde, alquilaron un local en el céntrico distrito de Barranco, en Lima, donde montaron su restaurante.
El comienzo fue tan duro, que para reducir gastos tuvieron que dormir en el segundo piso del local, que, para entonces, sólo contaba con 8 mesa y que estuvo a punto de cerrar durante los primeros cinco meses por no contar con clientela.
Hoy, además de envíos a domicilio, el restaurante cuenta con 49 mesas, 32 empleados y 72 platos en la carta, donde ofrecen comida venezolana, peruana y de otras latitudes.
A pesar de lo variado de su carta, el principal atractivo es la comida venezolana, especialmente las Cachapas, el pabellón, los tequeños, las arepas y pescado frito. Por eso, El Budare Restobar se ha convertido en el sitio de reunión de los venezolanos radicados en Lima. Un sitio agradable, ameno, ambientado con artesanía y música venezolana y donde, además, es posible adquirir productos típicos de Venezuela.
@elbudarerestobarpe
