Debbie Watkins, emprendedora londinense y amante del turismo y la cultura extranjera, tenía un increíble deseo de alejarse del ambiente nublado y gris del Reino Unido e ir a conocer Camboya junto a sus templos budistas, abundantes junglas y cálidas sonrisas que sólo los habitantes de la localidad poseen. Luego de conocer este país y a su comunidad, se enamoró por completo de ellos y quiso hacer todo lo posible por ayudarlos en cualquier aspecto.
Mientras Debbie Watkins se tomaba un trago con quien sería su futuro esposo Marc Lansu, la conversación de ambos acercaba a Debbie a la posibilidad de interactuar profundamente con la cultura de Camboya, crear oportunidades para el progreso social y la economía de la región. La pareja se dio cuenta que lo que había comenzado como simples deseos podía convertirse en una resolución concreta.
Esa misma noche, la pareja logró imaginar una aventura que tendría la capacidad de animar las aspiraciones de Debbie, la idea fue crear Carpe Diem Travels, una operadora turística sin fines de lucro que movilizara pequeños grupos de excursión a Camboya. En vez de ser un servicio turístico tradicional que lleva a los visitantes a los lugares más populares, Carpe Diem Travels se aseguraría de facilitar a los turistas la oportunidad de ir a las profundidades del país para interactuar con los locales, su cultura y conocer a las comunidades para que se enamoren de la misma manera que lo hizo Debbie.
Sin darse cuenta, Carpe Diem Travels hizo realidad todas las aspiraciones de Debbie y mucho más de lo que ella llegó a imaginar. La organización cuenta hoy con más de veinte ayudantes incluyendo a Willemijn Wellens, quien lleva el titulo de “Viajero Especialista en Sillas de Ruedas” quien es un viajero en silla de ruedas que se encarga de ayudar a todos los turistas con discapacidades motoras para que disfruten la misma experiencia que los demás turistas.
Debbie vio a Carpe Diem Travels convertirse en una organización que no sólo da a conocer las maravillas de Camboya, sino que también se encarga de educar a los turistas acerca de los problemas de la nación.
Pero el trabajo de Debbie no terminó con la operadora turística, pues de tanto conocer Camboya reconoció las grandes cantidades de basura que se acumulan alrededor de sitios turísticos. Problema que se intensifica en los países en vías de desarrollo pues no cuentan con las herramientas y sistemas para poder manejar la contaminación adecuadamente, sobre todo, cuando se trata de desechos plásticos, a los cuales no se les da uso una vez descartados.
Al identificar este nuevo problema y el peligro que presenta para la flora y fauna de la región, Debbie tomó la decisión de emprender una vez más y crear Funky Junk Recycled en el año 2009, una empresa que se encarga de recolectar todas las bolsas y desechos plásticos que pueda conseguir y convertirlos en algo valioso.
Los productos que crea esta nueva empresa de Debbie van desde cojines, cestas y sombreros para el sol hasta bolsos y mochilas todos manufacturados con desechos plásticos y que no sólo tienen un gran valor económico, sino que representan un gran valor en cuanto a la limpieza del medio ambiente en Camboya.
¿Es una estrategia efectiva para alcanzar el éxito el crear y enfocar un emprendimiento social en los países en desarrollo?
Información clave de nuestra historia:
- Cada año se utilizan más de un trillón de bolsas plásticas a nivel mundial, lo que significa que cada minuto se utilizan un aproximado de un millón de bolsas plásticas.
- Los países en desarrollo, como su calificativo lo dice, se encuentran en desarrollo y por ende pueden sacarle un inmenso provecho a todo tipo de emprendimientos que en cualquier otro país más desarrollado no generarían un gran impacto. Los mejores emprendimientos son aquellos que buscan ayudar a la sociedad, educarla y propiciar su crecimiento, ya que de esta forma se asegura que la sociedad aprenda a cuidarse y crecer por el buen camino por su propia cuenta, incentivando todavía más emprendimientos pero liderados por la sociedad misma.