En Perú hay un déficit de 16 mil 630 médicos especialistas; 25% del cual ha sido cubierto por médicos venezolanos, que como Heydi Coronel y su esposo, Omar Ghiglione, emigraron para encontrar mejores condiciones de vida. Acogida que hoy retribuyen cuidando la salud de los peruanos.
Médicos venezolanos que cuidan la salud de Perú
En febrero de 2018, Heydi Coronel, ginecóloga obstetra especializada en fertilidad; y su esposo, Omar Ghiglione, cirujano vascular periférico, tomaron la decisión de abandonar Venezuela en busca de un sueldo justo que les permitiera tener la vida digna por la que tanto se habían esforzado.
Tras evaluar las posibilidades para ejercer su profesión, se decidieron por Perú. Allí llegaron el 30 de mayo; luego de una travesía que incluyó el cruce a pie de la frontera de Venezuela con Colombia, arrastrando maletas de 23 kg. Sin tiempo que perder, al día siguiente bien temprano, se apostaron en las oficinas de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu); para iniciar los trámites para validar sus títulos universitarios. A lo que añadieron después, los trámites para el Permiso Temporal de Permanencia y la cita en Interpol. Actividades que acompañaron con trabajos que les permitieron cubrir sus gastos y el pago de tales trámites. Ella, vendiendo gelatinas en un mercado y él, vendiendo libros puerta a puerta, comercializando cursos de inglés.
Un nuevo comienzo como profesionales
Finalmente, en junio presentaron el examen de suficiencia del Colegio de Médicos del Perú; que luego de ser aprobado les permitió obtener el certificado y la constancia de habilidad para ejercer la medicina.
Su primer trabajo fue en una pequeña clínica. Ahora, Heydi dirige la sede de un centro de fertilidad y trabaja en un policlínico; mientras que Omar trabaja en un centro médico. Ambos, son parte de los más de 4 mil médicos venezolanos en Perú, que están inscritos en el Plan de Asimilación Productiva; impulsado por la ONG Unión Venezolana en el Perú. Una organización que ha logrado apoyar a los venezolanos para ocupar las plazas laborales; generalmente en zonas recónditas, que no han podido ser cubiertas por profesionales peruanos.
Al respecto, Omar manifiesta sentirse satisfecho y feliz por poder ejercer su profesión en otro país, donde agradecido afirma: “Nunca me han visto como una competencia sino como alguien que viene a aportar”.
¿Cómo pueden los países receptores de la diáspora venezolana promover la inserción laboral de los excelentes profesionales venezolanos en sus áreas de formación, en lugar de mantenerlos trabajando en puestos de menor calificación?
