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Innovar desde la propia discapacidad

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Ángel Sanguino, emprendedor venezolano, Técnico en electrónica, se preparaba para comenzar su propio negocio de reparación de celulares, hasta que unos jóvenes que hacían carreras ilegales lo embistieron, y a consecuencia de ello, perdió su brazo izquierdo.

Pero Ángel no se dejó derrotar por su situación, motivado por su sueño emprendedor y la hermosa noticia de que seria padre, este joven venezolano utilizó sus conocimientos en electrónica para diseñar un brazo artificial. Sin ningún conocimiento previo en la fabricación de prótesis, Ángel diseñó un brazo que se adaptara a sus necesidad bajo la supervisión y apoyo de su tío Brunnel Rodríguez, Técnico Ortopedista.

La prótesis de Ángel funciona con unos sensores activados a través del movimiento de su clavícula, y gracias a unas pinzas, una lupa y una prensa, el brazo puede sostener objetos como teléfonos móviles y herramientas de uso cotidiano en el trabajo de Ángel.

Ángel se plantea hoy un nuevo reto, fabricar un brazo robótico con más herramientas para personas con discapacidad que necesitan trabajar, y diseñar una silla de ruedas más eficiente para donarla a un joven amigo que la necesita. Gracias a su familia ya distintos entes del Gobierno, su sueño está cada vez más cerca, sin embargo, aún requiere de colaboración. Para conocer más sobre el proyecto de Ángel y apoyar su trabajo, puedes contactarlo a través del correo electrónico angel80307@gmail.com,

Puede que Ángel no haya logrado alcanzar sus aspiraciones de la forma que él esperaba, pero su experiencia y determinación lo han convertido en un innovador que se abre caminos prometedores en el mundo de la robótica, algo que nunca imaginó.

¿Puede una circunstancia dolorosa del destino transformar ,con una vida, a muchas más?

(Información extraída de: http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/buenas-noticias/video---creo-un-brazo-robotico-para-retomar-su-tra.aspx)

 

Información clave de nuestra historia:

- Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, entre 20 millones y 50 millones de personas sufren traumatismos no mortales, y una proporción de ellos padecen alguna forma de discapacidad.

 

- Easton LaChappelle, joven norteamericano, renunció a la escolaridad tradicional para formarse en casa con programas de educación online y la supervisión de sus padres. Su espíritu emprendedor y alma científica, los llevaban a cuestionarse sobre las realidades de la sociedad. En una oportunidad, LaChappelle conoció a una joven con un brazo prostético, pieza por la que sus padres tuvieron que pagar aproximadamente $80.000 dólares. Nada accesible para una persona con bajos ingresos económicos. Motivado por las ganas de ayudar a la sociedad con una opción más accesible, Easton probó que existía una necesidad en el mercado a través de una campaña de Kickstarter, con la que recaudó los fondos suficientes para darle forma a una idea sin igual. Easton aprendió todo lo que necesitaba saber para crear una prótesis de brazo, y para aprender a programar la electrónica y la tecnología de comunicación inalámbrica. Para mantener los costos bajos, LaChappelle realizó todo su trabajo en su dormitorio, coordinó con un amigo en Nueva York para conseguir dos impresoras 3-D, se volvió asiduo visitante de Radio Shack y se dispuso a desarmar cosas y volver a ensamblarlos con un nuevo diseño. Así fue como encontró sensores flexibles y los cosió a un guante, hizo sus propias placas PCB personalizados, añadió MÓDULOS XBee para la comunicación inalámbrica y programó el sistema con un auricular EEG, cerebro inalámbrico que recoge 10 canales diferentes del cerebro para mover el brazo. (http://www.0800flor.net/historias/una-protesis-de-brazo-disenada-por-un-adolescente-autodidacta/)

 

-Adrián Anantawan, joven canadiense con raíces chinas y tailandesas, nació con una discapacidad producto de la presión de su cordón umbilical sobre una de sus extremidades. El pequeño Adrián aprendió a vivir sin su mano izquierda, adaptándose a sus capacidades y viendo más allá de las barreras físicas que podrían presentarse en su día a día. Con apenas 9 años, Adrián comenzó a tocar el violín por petición de su madre. Para poder facilitarle la práctica del instrumento, sus padres acudieron al Hospital de Rehabilitación Infantil Holanda Bloorview en Toronto, en donde diseñado una prótesis especial que ayudaría a que Adrián pudiera sostener el arco de su violín y crear música sin ningún obstáculo. Adrián logró crear melodías como sus compañeros de clase, sintiéndose a través de la música igual a ellos. Al poco tiempo de descubrir este hermoso instrumento, el joven ingresó a la Orquesta Nacional Juvenil de Canadá. Anantawan, se graduó en el Instituto de Música Curtis en Filadelfia e hizo un máster en Yale, pasando dos veranos bajo la tutela de su ídolo de la infancia, el violinista Itzhak Perlman. Con el pasar del tiempo, Adrián demostraba que las discapacidades no son un obstáculo para la creación de la música. Durante sus 28 años luchó para demostrar que los discapacitados si pueden ser hábiles con los instrumentos musicales, sólo hace falta una pequeña ayuda de la tecnología para convertir estas instrumentos en herramientas diseñadas a la medida. (http://www.0800flor.net/historias/adrian-anantawan-cuando-lo-dificil-se-vuelve-posible/)

 

- Miguel Nicolelis, profesor de neurobiología de la Universidad Duke, se encuentra estudiando el campo de la interface cerebro-máquina, en la cual las ondas cerebrales de un humano o animal son capaces de controlar una prótesis robótica. Luego de 15 años de investigaciones, trabajo duro y muchas demostraciones experimentales, Nicolelis y su equipo han logrado expandir el campo neurobiológico hasta descubrir nuevas terapias potenciales para desórdenes neurológicos como la epilepsia intratable, la enfermedad de Parkinson y niveles devastadores de parálisis corporal. Además, en un futuro no muy lejano, las interfaces cerebro-máquina  podrán llegar a niveles donde se puedan controlar los smartphones tan sólo con pensarlo. Uno de los pioneros más importantes de esta era es el consorcio WAP (Walk Again – Vuelve a caminar), del cual el Dr. Miguel Nicolelis es uno de los fundadores. Este es el primer consorcio a nivel mundial sin fines de lucro encargado en la investigación cerebral, que busca construir la primera generación de prótesis de extremidades robóticas que puedan ser controladas por la mente del usuario a través de una interface cerebro-máquina. (http://www.0800flor.net/blog-2/protesis-controladas-mentalmente/)

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